jueves, 7 de agosto de 2014

REPORTAJE | 6 lugares en los que puedes tropezarte con arañas realmente terroríficas


Cuando viajamos no solemos prestar atención a los insectos u otras criaturas pequeñas pero dolorosas y hasta mortales (si te pican) que forman parte del paisaje. En algunos destinos debemos vacunarnos, en otros debemos informarnos sobre antídotos.

Como el mundo está tan lleno de peligros debido a su fauna local, para centrar el tiro sólo vamos centrarnos en las arañas. A continuación, seis lugares donde deberéis ir con mil ojos si veis una araña. A diferencia de lo que le pasó a Spiderman, ser mordido por uno de los siguientes ejemplares pueden condenarte a un dolor insufrible, la muerte o, incluso, a sufrir una larguísima erección (sé que esto parece bueno, pero también es malo).

En las cuevas de la provincia de Khammouan, en Laos, podéis encontrar una araña amarilla y negra descubierta en 2011 por el naturalista Peter Jaeger. Esta criatura cavernícola de treinta centímetros está considerada por la araña con las patas más largas. Su nombre, como no podría ser de otra manera, es araña cazadora gigante (Heteropoda maxima).


En México encontramos la mexicana de patas rojas (Brachypelma smithi), que puede excavarse madrigueras de un metro de longitud, y si se siente amenazada puede dispararte unos pelos urticantes mientras emiten un sonido estridente. Como si fuera un arma alienígena.


En Australia viven, así en general, las arañas más letales del mundo. El peligro local de Sydney, por ejemplo, es la araña de tela de embudo, una de las arañas más venenosas del mundo. La araña de tela de embudo tiene apenas 4 centímetros, es redonda y peluda. Por suerte, en 1981 se descubrió el antídoto para su picadura, y desde entonces no ha habido más muertes.
También son extremadamente venenosas otro tipo de arañas, las arañas de cola blanca, de la que se registran centenares de picaduras al año y más o menos una docena de muertes.


En los aledaños de las cataratas de Iguazú (Argentina y Brasil), los turistas están bregados en descubrir horrorizados las enormes hembras Nephila, o arañas de seda dorada, cuyas redes son tan resistentes que son capaces de atrapar un pájaro que pase por allí volando.

Si algún día visitáis a los inidios Yanomami de las selvas del Orinoco, en Venezuela, no rechacéis la cena si os sirven una araña asada, porque para ellos es un auténtico manjar. La araña, además, os parecerá enorme, porque esta migala cazadora de pájaros es, según el Libro Guinness de los récords, la araña más grande conocida. Tiene 28 centímetros.


En Brasil tenemos la araña errante brasileña o armadeira, cuya picada es realmente dolorosa y puede ser letal: no en vano, está considerada la araña más venenosa del mundo. Sin embargo, un efecto secundario de su mordedura en los hombres es provocar priapismo (una erección permanente, pero dolorosa).

Fuente texto | http://www.diariodelviajero.com/

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